
Casi un arte
“La gratitud no solo es la más grande de las virtudes, sino que engendra todas las demás” Cicerón.
“El sentimiento de gratitud no corresponde a una de las emociones básicas. Todo lo contrario. Para experimentarla se requieren una serie de procesos complejos en la mente. No todo el mundo puede experimentar gratitud. Es una virtud reservada para los espíritus más elevados y para las inteligencias mejor desarrolladas.
A diferencia de otros sentimientos, el de la gratitud no aparece como un impulso simplemente. La gratitud exige que haya un sistema de valores éticos, en donde estén resueltos los conceptos de dar y recibir, además de una renuncia a la visión egocéntrica de la vida” nos dice la periodista colombiana Edith Sánchez en el portal “La mente es maravillosa”.
La gratitud es un sentimiento sutil y sofisticado. Casi un arte. Existen estudios diversos sobre el efecto de la gratitud en el ser humano. Esto va más allá del dar las gracias por educación. Es dar las gracias con el corazón. La gratitud tiene la capacidad de reconfigurar el cerebro. Incluso una simple práctica de escritura de gratitud desarrolla una sensibilidad neuronal para un pensamiento más positivo. Eso significa que, cuanto más practiques la gratitud, más valorarás la positividad en lugar de la negatividad.
Existen algunos populares y simples ejercicios de gratitud, como llevar un diario, cada noche escribir tres cosas, momentos y/o logros cotidianos o bien, compartirlo con algún ser querido. Los expertos en la materia afirman que fomentan en ti una mente enfocada en lo positivo y más abierto emocionalmente después de solo dos semanas. Aumenta tu estado general del bienestar, te hace más fuerte y resistente al estrés. Atractivos beneficios por una práctica en la que sólo tienes que invertir unos minutos diarios. ¡Probemos!
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Foto: @carlijeen