
Nuestra historia
El otoño podría asociarse con decadencia por sus hojas secas y la caída de éstas de los árboles. Contrario a lo que podemos pensar, el otoño representa el período en que los cultivos florecen, permitiéndonos la recolección de la cosecha. Etimológicamente, la palabra otoño significa “Plenitud del Año”. El término otoñada indica la cosecha de los productos de la tierra y abundancia de pastos en esta estación del año.
Cuántas veces nos ha pasado que nos dejamos llevar por una apariencia, por lo que vemos, no profundizamos en la información y hacemos una opinión o un juicio por desconocimiento. El otoño me resulta una analogía de este comportamiento humano. En apariencia no vemos la colorida coquetería de la primavera; la sobria generosidad del otoño a veces pasa desapercibida.
Algo parecido nos puede suceder con las personas. Detrás de cada uno de nosotros hay una historia, desconocida para muchos, a veces hasta para nosotros mismos. En el baúl de nuestra historia vamos acumulando pensamientos, sensaciones, ideas, manías y, sobre todo, prejuicios. Los prejuicios, influyen (mientras no llegamos a la conciencia de ellos y trabajamos en erradicarlos) en todo lo anterior. Un prejuicio es una opinión preconcebida, generalmente negativa, hacia algo o alguien y puede determinar decisiones, relaciones, opiniones, toda una vida.
Si revisamos nuestro historial con honestidad, seguramente encontraremos prejuicios que influyen en nuestra cotidianidad y de qué forma hemos padecido por prejuicios ajenos hacia nosotros. Algo cierto, es que algunos de nuestros prejuicios son heredados. Esos en ocasiones, incluso son más difíciles de detectar. Te invito a hacer una pausa, ¿puedes detectar alguno?
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Foto: @mximecaron